Es
muy probable que el turista haya escuchado hablar sobre este
archipiélago e incluso seguro muchos han visto documentales
en televisión sobre este paraíso en Panamá,
pues este collar de islas coralinas se ha convertido en uno
de los destinos de eco-turismo más populares dentro
de la región de Centroamérica y el Caribe. Kuna
Yala es una comarca autónoma dentro del territorio
panameño y su historia data de más de 500 años
antes de la llegada de los españoles al nuevo continente.
Su población comprende de aproximadamente 61,707 Kunas
(según Censo del 2000), que residen en las islas y
tierra firme (localizadas en las cercanías del Lago
Bayano al sureste de Panamá), distribuidos en unos
48 poblados en la región.
Los
Kunas, como se le denomina a los miembros de la comarca
son considerados una de las pocas tribus indígenas
del continente americano que mantiene casi intacta su cultura
a pesar de los cambios globales que afectan el mundo que
les rodea. Por ello, hemos decido conocer un poco mas a
fondo la comarca Kuna Yala, los Kunas, su cultura y sus
atractivos turísticos que ahora compartimos con ustedes.
Se puede acceder a la región desde la Ciudad de Panamá,
vía aérea diariamente en vuelos 25 minutos,
según sea su destino dentro de este conjunto de islas.
Quienes prefieren una travesía mas aventurera, pueden
llegar a la comarca por carretera durante el verano en auto
de doble tracción, tomando la Carretera Panamericana
en dirección a la región de Bayano, desviándose
a la altura de El Llano de Chepo para llegar directamente
hasta la comunidad costera de Cartí, desde donde
se puede alquilar cayucos o botes para trasladarse a la
isla de su preferencia. Nosotros hemos preferido utilizar
el servicio aéreo.
Empezamos nuestro viaje con las ansias de descubrir el paraíso
poco después de las 5:30 a.m. Una vez con todo el
equipaje necesario, nuestro primer destino fue el aeropuerto
Marcos A. Gelabert en Albrook. Nuestro vuelo partió
a las 7:00 a.m. y sin darnos cuenta ya estábamos
sobre la densa selva del norte de la provincia de Panamá.
Era un día hermoso y nuestro aeroplano voló
muy bajo, así que pudimos apreciar la maravillosa
y casi impenetrable selva. Luego de unos 25 minutos de vuelo
finalmente llegamos a nuestro destino, El Porvenir, sede
administrativa de la Comarca Kuna Yala. Desde aquí
se puede desplazar a otras islas cercanas.
Una
vez en El Porvenir, entramos en contacto con nuestra primera
experiencia nativa. Las mujeres vestían blusas de
mola y faldas anudadas a la cintura. Sus rostros denotan
una pintoresca característica de su raza que se logra
solamente mediante la mezcla de sus mejillas pintadas de
rojo y una línea negra de jagua" que delinea
sus narices, complementadas con aretes redondos de oro y
la típica argolla en la nariz que adornan su belleza
natural. A diferencia de muchas mujeres Kunas que residen
en la capital, estas realmente representan la esencia de
sus tradiciones y lo reflejan principalmente en todo su
vestuario. Todas utilizan pulseras y tobilleras de chaquiras,
collares de oro y una pañoleta de color rojo y amarillo
les cubría la cabeza. Muy contrario, los hombres
se visten muy sencillos, con camisa y pantalón largo
de tela lisa.
Las
viviendas están constituidas por dos estructuras,
la nega-tumat o casa grande que sirve de dormitorio y la
so-nega o casa de fuego en donde se hacen y se comen los
alimentos. La construcción se realiza de forma comunitaria
(Minga). Las casas son rectangulares con una dimensión
de 7 metros de ancho por 12 ó 15 de largo, las paredes
son de caña y el suelo de tierra. El interior es
despejado y duermen en hamacas que cuelgan de las vigas.
Aparte de la percepción de sus viviendas aprendimos
que la organización político-religiosa descansa
sobre el Sahila (cacique) y su cabildo integrado por
cuatro alcaldes-cacique ("argar"), ocho guardias
("suabedi"), un secretario, un fiscal y un tesorero.
Luego
de una calurosa mañana conociendo diferentes aspectos
de la sociedad Kuna, tornamos nuestro camino hacia la comunidad
de Wichubwala, a pocos minutos de El Porvenir. Aprovechamos
para sumergirnos entre las cristalinas aguas que rodean
la isla, pues el calor que merodeaba el ambiente era impresionante.
Afortunadamente las aguas tropicales y calmado ambiente
hacer poco a poco desaparecer el calor, preparándonos
para nuestra siguiente jornada.
Nuestra
tercera parada fue en la comunidad de Cartí-Sugtupu.
En este poblado nos encontramos con un hotel que pertenece
al pueblo; además de servicios de radio-comunicación,
correos, biblioteca, escuelas, dos muelles, luz eléctrica,
pequeña tiendas y panaderías, una iglesia
católica, una cancha de baloncesto, un centro de
salud y un aeropuerto en tierra firme.
Su economía
esta centrada en recolección de productos agrícolas,
banano, guineos, ñame, yuca, aguacate, caña
de azúcar etc. Del maíz hacen la chicha (maíz
molido) que beben hervida y mezclada con agua. También
lo fermentan para lograr una bebida alcohólica, la
que también obtienen de la caña de azúcar.
El pescado es básico en su dieta y lo preparan ahumado
para poder conservarlo hasta por dos meses sin refrigeración.
Luego
de un intenso día, lleno de emociones y nuevas experiencia,
llego la noche y con ella el cansancio, que rápidamente
se apodero de cada uno de nosotros.
Y así
llego el nuevo amanecer. Nuestra brújula marca hacia
el noreste de la comarca, nuestra próxima aventura,
la comunidad de Narganá. Durante nuestro viaje pudimos
aprecias las hermosas playas de arena blanca que rodean
las pequeñas islas que conforman el archipiélago.
Sus majestuosas palmeras que adornan el habitad de cada
una de ellas reflejadas en las aguas cristalinas como destellos
de la naturaleza viva de la región.
Finalmente,
después de un largo y excitante viaje por lancha
llegamos a Narganá. La isla esta compuesta por dos
poblados, el otro llamado Corazón de Jesús;
las mismas se comunica a través de un puente de madera.
Aprovechamos nuestra estadía en el área para
sumergirnos en las cristalinas aguas de Narganá y
practicar algo de snorkeling.
Nuestro
segundo destino del día fue Isla de Tigre, a solo
15 minutos desde Narganá. El poblado se caracteriza
por ser muy tradicional y seguir sus costumbres al pie de
la letra es algo importante y esencial al momento de visitarlos.
Aquí pudimos apreciar de cerca como las mujeres Kunas
confeccionas las famosas molas.
La confección
de las molas consiste en la aplicación
de pedazos de tela, uno encima de otro, cosidos con una
puntada especial, conformando intrincados y extraordinarios
diseños. Cada uno de los diseños es único
y original que reflejaban la concepción del mundo,
la naturaleza, y la vida espiritual de los Kunas. Muchas
de las mujeres cunas en toda la región solucionan
algunos de sus problemas económicos por medio de
este arte, el cual se vende a precios muy razonables y al
alcance de cualquiera. Según la historia oral de
los Kunas, la mola fue creada por la primera
mujer Kuna de nombre Kikadiryai quién enseño
a las mujeres Kunas su confección y su uso.
Sin
darnos cuenta la madrugada se apodero de nuestro entorno
y ya era casi hora de partir. Y así fue, mientras
nos alejábamos de lo que fue nuestro hogar por un
par de días, sentí la nostalgia de decir adiós
a la tierra de la gente viva, dulenega
como la definen los propios Kunas, San Blas para la mayoría
de nosotros. Nuestro vuelo partió a las 6:35 a.m.
desde El Porvenir y rápidamente nos alejamos del
archipiélago. Sin embargo, la experiencia sigue viva,
por lo cual los invito a vivirla.
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